
El envejecimiento de la piel es un proceso natural por el cual el colágeno y la elastina, que mantienen nuestra piel con un aspecto firme y joven, comienzan a disminuir, lo que da lugar a las arrugas. La producción y la calidad de las células también disminuyen con el tiempo. Por desgracia, estos factores están fuera de nuestro control. No obstante podemos ralentizar el proceso aunque no lo detendremos.
Dejar de fumar (por algo es el número 1)
Utiliza siempre protección solar, tanto si está nublado como si hace sol
Hidrata tu piel bebiendo bastante de agua al día
Utiliza productos para el cuidado de la piel que ayuden a mantenerla hidratada
Limpia la piel de la cara dos veces al día.
Reduzca el estrés haciendo actividades como leer, hacer ejercicio o meditar
Reduce el consumo de alcohol
Come una dieta equilibrada con frutas, verduras, pescado, carne y cereales
Dormir al menos 8 horas cada noche
Coma alimentos con alto teor de Omega 3 varias veces a la semana
Consulta con tu médico la posibilidad de tomar suplementos ya que puede que en tu dieta falten algunos de los más importantes.
Utilice una crema para la delicada piel de las manos cada noche
Los exfoliantes faciales eliminan la acumulación de células muertas que pueden aumentar la apariencia de las arrugas, prueba esto semanalmente.
Utiliza productos naturales para el cuidado de la piel que la nutran y le aporten muchas vitaminas y minerales para ayudarla a mantenerse fresca y sana
El aceite de argan se asemeja a los aceites naturales de la piel. Aplícalo alrededor de los ojos para mantener a raya las arrugas.
Come alimentos con Vitamina C, para que te ayuden a potenciar el colágeno de tu piel
Empieza una buena rutina de cuidado de la piel a los 20 años. Es más fácil prevenir que curar
La miel es conocida en todo el mundo por sus capacidades beneficiosas. Utiliza una mascarilla de miel semanalmente. Basta con aplicar la miel en la cara y el cuello y dejarla durante 30 minutos, para luego aclararla. Esta mascarilla «alimentará» tu piel con nutrientes
El aloe vera y el aceite de almendras o el aceite de argan tienen la capacidad de evitar que la piel se reseque; ambos se utilizan para mejorar la elasticidad de la piel
Una forma de ayudar a relajarte es tumbarse de espaldas con las piernas elevadas colocando una almohada o un cojín debajo de ellas. Activa la circulación y relaja los músculos más sobrecargados del cuerpo.