
En un mundo de horarios apretados, polución, productos cargados de químicos, stress y todo tipo de tóxicos ambientales, es imposible que nuestra piel no lo sienta y muestre los efectos de todo ello. Afortunadamente, con un poco de ganas, puedes mantener la belleza natural de tu piel en la comodidad de tu propia casa. Sigue leyendo para conocer algunos consejos y métodos sencillos para reducir el estrés, mantener tu piel radiante y disminuir los signos del envejecimiento.
Limpieza de la piel
El primer paso para cuidar tu piel es limpiarla correctamente. La transpiración, la grasa, el polvo, el maquillaje, la suciedad y las bacterias se acumulan en la piel y deben eliminarse por completo. Hay muchos tipos de piel: grasa, seca, sensible y con tendencia al acné. Cada tipo de piel tiene sus propios productos de limpieza, en función del pH y de otros factores. La limpieza abre los poros y permite que la piel absorba mejor los productos que se van a aplicar. Si llevas maquillaje debes utilizar primero un desmaquillante para eliminarla antes de limpiar tu rostro.Tienes muchos productos de limpieza disponibles en el mercado: cremas, lociones, jabones, aceites, agua micelar, geles. Utiliza el que más te guste y el más adecuado a tu tipo de piel.Los coreanos que han creado el movimiento K-Beauty defienden la doble limpieza limpiando con un producto a base de aceite (puedes incluso usar el aceite de almendras, de coco, de neem ó nim, de onagra o de rosa mosqueta) y aplicando después un producto a base de agua como segundo paso. De esta manera garantizan que eliminan todo tipo de suciedad ya que los productos a base de grasa salen más rápidamente con aceites y la polución es más eficazmente eliminada con el agua.
En occidente, la tradición es de lavarnos la cara, con agua y jabón.
Si este es tu ritual, empieza por mojar la cara con agua tibia, aplica el jabón más adecuado para tu tipo de piel en la cara y el cuello y masajea suavemente con movimientos circulares y ascendentes; por fin retíralo con una toalla húmeda y agua tibia para asegurarte de que se eliminan todos los residuos del rostro.
Tonificación de la piel
La tonificación es importante porque ayuda a cerrar los poros y a mantener el pH natural de la piel, y si tienes intención de utilizar maquillaje, deja una textura limpia y suave que mantendrá la base y los polvos durante mucho más tiempo. Puedes hacer tu propio tónico facial con lo que tienes en casa: utilizar té verde mezclado con agua y unas gotas de aceite de tea tree, aceite de onagra, aceite de coco o aceite de rosa mosqueta; otra opción es juntar unas gotas de aceite de jojoba con unas gotas de zumo de limón y agua de rosas y para las que tenéis la piel más resistente el vinagre de manzana mezclado con un poco de agua es ideal.
Nutrir la piel
Nutrir la piel es también una parte esencial de cualquier rutina de belleza. La suciedad, el polvo, el calor y el frío, los cosméticos e incluso la luz del sol tienden a resecar la piel, robándole la humedad y la grasa. Limpiar el rostro cada noche antes de acostarte es esencial para conseguir una piel más joven. Los «alimentos» para la piel o la crema hidratante intentan reponer la nutrición de la piel, reviviendo su salud natural. Una vez más, la crema hidratante funciona bien para diferentes tipos de piel ya que en el mercado existen varias. Si tienes la piel seca, aplicar una crema hidratante justo después de lavarte la cara es beneficioso para evitar que se reseque y para que la crema hidratante se fije de inmediato.
La piel de tu cuerpo es tan importante como la de tu rostro y sufre las mismas agresiones por lo que hidratarla es fundamental. Para potenciar el efecto de la crema hidratante puedes mezclar una nuez con unas gotas de aceites como el aceite de almendras, el aceite de neem, el aceite de onagra y el aceite de coco y aplicártelo en la piel con movimientos circulares. Vas a ver los resultados espectaculares y tu piel resplandeciente y cuidada como nunca. Un hidratante hecho a base de ingredientes naturales es lo ideal. Y cuando tienen perfume puedes darte el placer de parar y relajarte. De desconectar…
Tratamiento Facial
Un tratamiento facial es la forma más rápida de limpiar, revitalizar e iluminar la piel apagada, dejándola ligera, suave y brillante. Un tratamiento facial también sirve para relajar los nervios de la piel, de modo que no sólo se ve más joven, sino que se siente más fresco y relajado. Si está dentro de tu presupuesto buscar un spa o un profesional para tu tratamiento facial, busca a alguien que utilice productos naturales y preste atención a tu tipo de piel. Sin embargo, si no tienes tiempo o no puedes permitirte el lujo de los tratamientos habituales en un salón de belleza, puedes hacerte un tratamiento facial en casa. Elige un momento en el que no te molesten y estés tranquila, y prepara todo antes de empezar para poder relajarte y disfrutar de verdad.

1. Empieza por desmaquillarte con aceite de coco u otro método para eliminar todos los residuos del rostro. Limpia tu cara y cuello con una toalla húmeda y retíralo a fondo.
2. El siguiente paso es una exfoliación suave para eliminar las células muertas de la piel, la suciedad y las bacterias, permitiendo que la piel absorba mejor los otros productos. A nosotros nos encanta utilizar un exfoliante sencillo, hecho por nosotros mismos, a base de posos de café orgánico, agua caliente y aceite de coco calentado, pero también puedes encontrar productos maravillosos comprados en tiendas.se adapte a tu tipo de piel. 3. Prepare una mascarilla adaptada a su tipo de piel. Sobre un rostro bien limpio y exfoliado, extienda una capa bastante gruesa evitando la zona de la boca y creando grandes círculos alrededor de los ojos. A continuación, túmbate de espaldas y mantén la mascarilla durante 15 o 20 minutos o hasta que se seque. Hay muchas opciones para crear una mascarilla increíble en casa, pero la que más nos gusta es una simple mezcla de aceite de coco orgánico, miel y aguacate fresco.se adapte a tu tipo de piel. 4. Cuando la mascarilla esté seca, lávate la cara y el cuello con agua tibia, manteniendo los ojos cerrados. Sécate la piel y aplícate el tónico que mejor se adapte a tu tipo de piel. 5. Por último, ahora que tienes la piel limpia, exfoliada y con los poros abiertos, es el momento de aplicar el serun y/o la crema hidratante en el rostro. Dedica un tiempo a masajearlo con movimientos circulares ascendentes.
Masaje de la piel
Masajear el rostro es otra práctica esencial para la salud de la piel y además puede ser realmente relajante. Aunque es una forma eficaz de contrarrestar las arrugas, el masaje es un proceso lento y sus resultados sólo son evidentes si se practica con regularidad durante un período prolongado. Dicho esto, no cabe duda de que el masaje es muy beneficioso para tensar los tejidos faciales, aumentar el flujo sanguíneo, estimular los nervios y, por tanto, impulsar la producción de colágeno.
El masaje es más eficaz si primero se limpia bien la piel. No olvides eliminar todos los restos de maquillaje, ya que de lo contrario las partículas de suciedad acabarán obstruyendo los poros de la piel. Si la piel es grasa, elimine la oleosidad aplicando leche limpiadora o alguna loción astringente. El zumo de limón fresco también es muy eficaz para eliminar el exceso de grasa. Si la piel es seca, utiliza una buena crema hidratante antes de masajearla. Por último, aplique la crema de vitamina E utilizando sólo la cantidad necesaria para dar suficiente grasa a la piel, de modo que las manos y los dedos se muevan suavemente por el rostro.
Después de haber limpiado la piel, presiónala con dedos ligeros pero firmes, ejerciendo un poco de presión mientras aplicas una buena crema hidratante. Asegúrese de sujetar la piel con firmeza y aplicar una presión uniforme. El masaje debe empezar por el cuello y moverse hacia arriba, terminando en la frente o las sienes. Las venas y los tejidos reciben un mayor flujo de oxígeno y sangre gracias a este proceso. La piel del contorno de los ojos es delicada, por lo que es aconsejable aplicar la crema en esta parte sin presionarla demasiado. La crema tarda entre 15 y 20 minutos en ser absorbida por la piel, por lo que el masaje debe continuar durante ese tiempo. Al terminar, limpie suavemente el exceso de crema.
El arte del masaje
Puedes usar cualquier aceite o crema para aplicarte este masaje a tu rostro o cuerpo:
- Masaje lento – Este es el método de masaje más común y el más relajante. El secreto consiste en masajear lentamente mientras se dan palmaditas en la piel. Utilizando las puntas de los dedos, presiona ligeramente la piel con un movimiento lento.
- Masaje rápido – La mitad delantera de ambas palmas se utiliza para masajear haciendo un movimiento circular hacia arriba
- Masaje de presión – Este es un método en el que se aplica una presión lenta y profunda con las yemas de los dedos y es muy eficaz para eliminar zonas de la piel más inflamadas.
- Movimientos para tocar el piano – Este ejercicio desarrolla los músculos faciales y los hace más firmes. Debe realizarse con los dedos en toda la cara, especialmente en la zona de las mejillas. En el cuerpo se puede utilizar en zonas más sensibles como las manos o la barriga y espaldas

¡Así que ahí lo tienes! Siguiendo estos sencillos consejos, y siendo constante con tus rutinas, puedes empezar a tener fácilmente una piel más brillante, sana y rejuvenecida en poco tiempo.